Después de más de dos años de conflicto, el municipio continúa pagando las consecuencias de la mala gestión del servicio de emergencias.
Esta vez no se ha pagado con muertes pero si con la más importante distinción que podían tener nuestras playas.
Para los trabajadores del servicio se considera un mal menor si lo comparamos con las muertes que se han cobrado las playas desde que quedaron sin vigilancia.
Para los residentes es una muy mala noticia por las repercusiones negativas que va a tener para el ya mermado turismo en nuestra isla.
Lo mejor son las declaraciones del grupo de gobierno sobre sus intenciones.
En resumen: “como ya nos han quitado las banderas, no tenemos prisa para gastar dinero en esas cosas. Esperaremos que pase el verano y mueran unos cuantos más turistas y si acaso en septiembre montamos algún parche para ver si nos vuelven a dar las banderas.”
Lo que menos importa, como siempre, la gente.
Esta vez no se ha pagado con muertes pero si con la más importante distinción que podían tener nuestras playas.
Para los trabajadores del servicio se considera un mal menor si lo comparamos con las muertes que se han cobrado las playas desde que quedaron sin vigilancia.
Para los residentes es una muy mala noticia por las repercusiones negativas que va a tener para el ya mermado turismo en nuestra isla.
Lo mejor son las declaraciones del grupo de gobierno sobre sus intenciones.
En resumen: “como ya nos han quitado las banderas, no tenemos prisa para gastar dinero en esas cosas. Esperaremos que pase el verano y mueran unos cuantos más turistas y si acaso en septiembre montamos algún parche para ver si nos vuelven a dar las banderas.”
Lo que menos importa, como siempre, la gente.